jueves, 21 de noviembre de 2013

Crear una página de Facebook independiente a una cuenta personal


Comparto este texto para los que quieran crear las páginas en Facebook pero no tengan ni quieran tener una cuenta personal.

A veces, porque queremos dar acceso a nuestra página a alguien que no tiene Facebook o por no querernos vincular de ninguna manera nuestro perfil personal con el de la empresa, nos interesará esta opción.
¿Cómo hacerlo?
  1. Sal de Facebook, asegúrate de que no tienes ninguna sesión iniciada.
  2. Crea la página. Entra en www.facebook.com/pages/create y sigue las instrucciones como si estuvieras creando la página normalmente.
  3. Seleccionas el tipo de página: Cuando has seleccionado el tipo de página debes rellenar el resto de datos (nombre, ciudad, teléfono)
  4. Regístrate con el correo electrónico que quieras.
Pero no selecciones que ya tienes una cuenta de Facebook porque si no, te lo asociará a la cuenta de Facebook ya existente.

Suerte! Cualquier consulta me pueden mandar un mail a alejandraduk@gmail.com

Derechos de Autor

Como vimos brevemente en clase, la propiedad intelectual, el derecho sobre las obras realizadas por una persona tienen un marco legal en Argentina, así como en la mayoría de los países.
La ley de Propiedad Intelectual, que en este país es la Ley 11.723, dice que los autores son propietarios de sus obras y que nadie puede reproducirlas, venderlas o modificarlas sin su consentimiento.
Les dejo una película muy cortita, de 1:20 para que entiendan un poco más el tema. Es un documental bastante dinámico y entretenido pero capas les parece un poco ruido.
No les voy a dar ninguna actividad sobre el tema pero veanlo para redondear notas el jueves.
Nos vemos!

A los que tengan dudas con respecto a los otros cuestionarios pueden mandarme un mail a alejandraduk@gmail.com
Los veo el jueves a los antimails!


Este es el link del video:   http://vimeo.com/11127501


sábado, 9 de noviembre de 2013

El poder en la era de las redes sociales, Manuel Castells

Entender cómo se forma el poder es entender la matriz, el código fuente de la sociedad. Naturalmente, hay distintas formas de poder y distintas articulaciones de poder. No hay una forma, un poder, sino una serie de relaciones de poder articuladas y, por tanto, donde hay poder siempre hay un contrapoder. Si tuviéramos que elegir una ley básica de las sociedades es que donde hay dominación hay resistencia a la dominación, donde hay poder hay contrapoder. Realmente la sociedad se construye con base en intentos constantes de dominación y sus contrapartes. En eso consiste la dinámica del cambio social, pues en cada momento lo que estamos viviendo son relaciones institucionales de dominación que persisten hasta que entran en conflicto con nuevas formas de resistencias a la dominación.

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Pues bien, a lo largo de la historia, la comunicación y la información han sido las fuentes fundamentales del poder y del contrapoder, de la dominación y del cambio social. Y ello es debido a que la batalla fundamental se da en las mentes de las personas. Es ahí donde existe el poder: el poder está en nosotros, en nuestras mentes. Si nosotros pensamos de una determinada manera que sirve a determinados intereses y valores, ése es el poder que se está manifestando en nuestra práctica, y de ahí la idea de que las relaciones de poder están absolutamente ligadas a las relaciones que unos llaman de influencia, otros llaman de control social, otros llaman de persuasión.


Cierto es que el poder también se basa, de acuerdo a la vieja tradición de Maquiavelo y Max Weber, en el monopolio legítimo o ilegítimo de la violencia. Quienes controlan los medios de la violencia tienen una capacidad de imponer sus intereses. Pero hay otra tradición en las ciencias sociales y otra práctica histórica, de Bertrand Russell a Foucault, en que la capacidad de modelar lo que ocurre en nuestras mentes y en las culturas se desarrolla a través de la persuasión y la negociación colectiva, es también la tradición que aplicó en algún momento Gramsci en términos del concepto de la hegemonía como construcción de una serie de ideas que se internalizan y que hacen que la sociedad pueda funcionar en un determinado sentido. De hecho, yo diría que un sistema de poder que se basa sólo en la coacción es un poder débil, porque si una gran parte de las personas son capaces de pensar diferente y de atreverse a traducir en la práctica ese pensar diferente, ese poder coactivo acaba disolviéndose. Torturar los cuerpos es menos efectivo que modelar las mentes.


Si la batalla del poder es una batalla que se juega en nuestras mentes, resulta que nuestras mentes viven inmersas en un entorno de comunicación de donde reciben las señales con las que se activan las emociones, se generan los sentimientos y se forman las decisiones. Por consiguiente, existe una relación básica entre comunicación y poder. Esto no es nuevo, siempre ha sido así, pero se ha acentuado profundamente en lo que llamo la sociedad red, una sociedad en la que las redes de comunicación interactiva de base electrónica y transmisión digital organizan el conjunto de las prácticas sociales del planeta en términos de la interacción de lo global y lo local.


Empiezo por la conclusión: la comunicación es el espacio en el que se construyen las relaciones de poder. Lo cual no quiere decir que los medios de comunicación tengan el poder. Esto empíricamente es falso: no tienen el poder. Son mucho más importantes que eso, porque son el espacio donde se construye el poder. Cualquier tipo de poder tiene que pasar por el espacio de la comunicación para llegar a nuestras mentes.


Ahora bien, sea para convencernos que hay que actuar de cierto modo o que no se puede hacer algo de otra manera, las relaciones de poder no consisten, necesariamente, en provocar la adhesión, también pueden generar resignación y fatalismo, que se expresan en la visión de que todo es igual y todos son igual de malos y yo me quedo en mi casa, cierro la ventana y me monto en mi vida porque nada tiene arreglo.


Hemos pasado del optimismo al pesimismo histórico, porque la regla fundamental que sigue todo el mundo es que las cosas pueden ser todavía mucho peores. Ése es un mecanismo concreto de manipulación y que pasa a través de la construcción del espacio de la comunicación.


La principal forma de comunicación para cambiar e influenciar la mente de los ciudadanos son los llamados medios de comunicación de masas, que funcionan en la articulación de prensa escrita, televisión y radio. La prensa escrita genera las primeras ideas e informaciones, no solamente políticas, sino parapolíticas, es decir, todas las informaciones que construyen nuestro universo mental aunque no tengan nada que ver directamente con el sistema político. La televisión es el medio que lo difunde masivamente y la radio hace la relación personalizada, poco interactiva, pero con mayor nivel de interactividad.


Como los mensajes políticos sólo llegan a los ciudadanos a través de los medios de comunicación, el lenguaje de la política tiene que adaptarse al de los medios. Y en ese sentido toda la política es mediática. Lo que no existe en el espacio de la comunicación deja de existir, punto. Puede existir como relación individual, pero no existe como comunicación socializada.


Ahora bien, esto no es la dictadura de los medios, porque los medios en principio son plurales, incluso en sociedades dictatoriales. Si hablamos de sociedades democráticas, siempre hay una diversidad y una pluralidad. En parte porque tienen que mantener una cierta credibilidad, y en parte porque los periodistas profesionales luchan por su autonomía como individuos y como profesionales, y aunque muchos fallan en su empeño, de todas maneras siempre hay una cierta negociación, ya sea con el dueño del medio de comunicación o con el partido que está detrás de dicho propietario. El proceso siempre es más complejo que la simple entrega de órdenes a seguir.


Sin embargo, todos los medios están sesgados por su necesidad de responder a un objetivo esencial, que es ganar audiencia, tanto por razones económicas, porque eso implica la publicidad, como por razones de aumentar influencia porque así tienen un uso político e ideológico para el gobierno o partido.


De ahí que hay un delicado equilibrio en los medios: son claramente ideológicos, pero no pueden llegar a ser extremistas porque entonces no los leen más que los de su partido

Aunque hay que insistir en que en los últimos años, junto a los medios, digamos profesionales, hay un crecimiento rápido de lo que llamo el periodismo militante, que antes tenía una buena prensa, porque eran los militantes que hacían periodismo, pero hoy en día el periodismo militante por lo general es muy de derecha y muy conservador, y utilizan el sesgo ideológico abierto como modelo de negocio. Para no entrar directamente en polémicas locales pondré un ejemplo de otro planeta: Fox News. En Estados Unidos, su modelo es sesgar la realidad deliberadamente para dirigirse al electorado más de derecha de Estados Unidos que son un 25%. Me refiero a los que creían que Bush fue llamado por Dios para ir a la guerra de Irak, literalmente. Si a esto se añade el 5% o 10% más de audiencia, por otros motivos, se convierten en la primera cadena de televisión en Estados Unidos. Por tanto, es un modelo de negocio que funciona y hay muchos otros ejemplos en el mundo.

Esto se basa en algo que los investigadores en comunicación saben bien: que la mayor parte de las personas no leen los periódicos ni ven la televisión para informarse, sino para confirmar lo que ya piensan. Como cada vez hay más polarización cultural, ideológica y política en todos los países, el papel del medio profesional del centro se va rompiendo.

Si hablamos de España, de Francia o de Estados Unidos hay una segmentación ideológica y política en los medios. Entonces es ahí donde se produce el heroísmo de los periodistas, que algo tienen de héroes, que circulan entre estos distintos medios y que intentan en cada caso ver cómo pueden trabajar la información y al mismo tiempo tener en cuenta no simplemente lo que les dice su jefe, sino también que la audiencia está buscando cierto tipo de información.
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Así pues la política es mediática y los medios sesgan la información sobre determinados procesos. Lo más importante del sesgo en comunicación no es lo que dicen los medios sino lo que no dicen. Es el mecanismo esencial del “gatekeeping” o la “agenda setting”, es decir, cada día se decide qué es lo importante para publicar o no publicar, decir o no decir, con qué prioridad, tiempo, en qué lugar y con cuanta visibilidad.


Entonces, si los medios son así y la política es mediática, ¿cómo funciona? Las personas no leen los programas políticos, no los leen ni siquiera quienes los escriben, se leen los titulares de los programas en los medios, cuando los leen. Pero lo más importante es cuál es el mensaje político central en un sistema mediático. Es el mensaje más simple, una persona, un rostro humano. Ése es el mensaje fundamental en política en todo el mundo. ¿Por qué? Porque finalmente la gente se fía de una persona. Establecen un vínculo fundamentalmente emocional con una persona y, por tanto, le asignan al mensaje un rostro humano. Hay un vínculo directo entre la política mediática como política esencialmente dominante y la política ligada a la persona. Es la personalización de la política. En todos los sistemas políticos de este momento, lo más importante es la persona que representa el liderazgo de la opción política. Es la venta de una persona.


Si la confianza en la persona es el mensaje, la forma fundamental de nuestra política es la destrucción de la credibilidad y de la fiabilidad de la persona. O sea, es el asesinato de la reputación personal del líder y su entorno. Y eso se consigue mediante la construcción de escándalos en torno a las personalidades políticas mediáticas. Escándalos que algunas veces son simplemente la difusión de información que destruye la credibilidad de la persona. Se puede fabricar o ser verdad y mucha es mitad y mitad, se fabrica a partir de cierta realidad.


Lo que ocurre, además, es que la política mediática es muy cara, porque no dura sólo la campaña electoral, sino que es constante. Implica toda clase de operaciones que tienen un costo alto. Casi todos los partidos, según los países, recurren a la financiación ilegal, y como hay siempre ilegalidades, éstas se descubren de una manera u otra, y contribuyen a alimentar los escándalos. Incluso se ha creado una industria en torno a esto.


En Estados Unidos se llama la industria de la investigación de la oposición. La integran gente que profesionalmente se dedica a buscar informaciones dañinas sobre los políticos. Lo hacen para cualquier partido, con una alta profesionalidad. Cuanto más arrogante es el poder, cuanto más arrogantes son los políticos, sobre todo los hombres, más se dedican a vanagloriarse sin tomar demasiadas precauciones. Las mujeres son más cuidadosas, aunque no están exentas, pero los hombres son extremadamente imprudentes y dados a hablar de lo que no debieran incluso por teléfono móvil.


De ahí que si hacemos una tabla de todos los grandes escándalos en los principales países del mundo en los últimos veinte años, vemos que sistemáticamente todos los cambios de gobierno o de régimen han estado directamente asociados a la política de escándalo.


Ahora bien, cuáles son los efectos de los escándalos. No son tan directos y evidentes. Son variables. El efecto general de falta de legitimidad política generado por un escándalo demuestra que la persona afectada no es de fiar, pero como nadie es fiable, la gente se queda con los que siente más cerca. Un ejemplo muy claro de esto es Berlusconi.


Berlusconi ha sido documentado como mafioso, como abusador de menores, con fotos. En la prensa italiana los titulares pasaron conversaciones entre sus dos ministras acerca de cómo estimularlo sexualmente en la cama. Todo esto está documentado, abierto, y la gente siguió votando por Berlusconi. Cuando se investiga el tema resulta que los italianos están hartos de toda su clase política y por lo menos con Berlusconi se divertían. Los que no son corruptos son aburridos y nadie les cree. El hundimiento de la credibilidad de la clase política italiana ha creado tal efecto de destrucción de todo el sistema que sobre las ruinas actúan con éxito los bufones. Obviamente, la calidad de la política se va deteriorando.


Un caso un poco más noble: Clinton y su escándalo sexual con Mónica Lewinsky. Después de mirar al país a los ojos en la televisión y decir no lo hice, y más tarde reconocer que fue una mentira, acabó su mandato con el nivel más alto de popularidad que ha tenido ningún presidente de Estados Unidos. Y cuando le preguntaban a la gente en las encuestas, todos decían lo mismo: sí es un mentiroso, pero todos los políticos son mentirosos y él es un mentiroso más simpático que los otros.


Buen resultado y mal resultado porque lo que ocurrió cuando se investigó más a fondo es que Clinton acabó con alta popularidad, pero en la elección entre Gore y Bush hubo un efecto de desplazamiento de unos cientos de miles de votos, con un impacto importante en algunas zonas en que votaron electores demócratas para los cuales la moralidad personal era muy importante, y desplazaron su voto hacia Bush.


Un efecto pequeño, pero significativo porque en Florida donde, aparentemente, Bush ganó la elección, según datos controvertidos, la diferencia era más o menos de unos mil votos con lo cual Gore, que no es que fuera muy brillante, terminó sufriendo el impacto por asociación de la percibida inmoralidad de Clinton. Se eligió a Bush y su gestión fue determinante en la entrada en las guerras y en el catastrófico manejo de las finanzas mundiales. Miren por dónde el “efecto mariposa” de un pequeño rebote de una censura por inmoralidad pasa finalmente a cambiar la trayectoria del mundo.


Otro punto sobre los escándalos: lo que no es variable es el efecto sistemático sobre la destrucción de la credibilidad del sistema democrático y de la clase política. Hay una relación estrecha, estadísticamente probada, entre corrupción y crisis de legitimidad política. Es la crisis que se extiende por todo el mundo. Más de dos terceras partes de los ciudadanos del mundo no cree ser gobernado democráticamente y la credibilidad de los políticos de los partidos, de los líderes, de los gobiernos, de los Parlamentos, está en los niveles más bajos, todos por debajo del 30% o 40%. En América Latina, según los últimos datos de la CEPAL, la gente que cree más o menos en los partidos políticos está en el 20%. Es claro que las instituciones políticas en todo el mundo están en un nivel de prestigio, confianza y credibilidad bajísimo.


Por tanto, la primera conclusión es que la política es mediática y que las condiciones en que se ejerce tiene un papel decisivo en la crisis de la legitimidad. La segunda conclusión es que ha habido una transformación extraordinaria de la comunicación como sistema y, por ende, de la forma como la política pasa por el espacio de la comunicación.
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Esa transformación yo la resumo en un simple término, el paso de la comunicación de masas a la autocomunicación de masas como dos formas que coexisten y se articulan.

Comunicación de masas es aquella que tiene el potencial de llegar al conjunto de la sociedad y que se caracteriza por un mensaje que va de uno a muchos con interactividad inexistente o limitada. Autocomunicación de masas es aquella que va de muchos a muchos con interactividad, tiempos y espacios variables, controlados. Es “auto” porque podemos seleccionar los mensajes, emitir nuestros mensajes, recibir los mensajes y el emisor es al mismo tiempo receptor. Es auto porque nos podemos referir constantemente a un hipertexto de comunicación, de mensajes que están disponibles y de los cuales seleccionamos y obtenemos aquellos elementos que nos permiten construir nuestro propio texto. Cuando la gente dice: los jóvenes menores de 30 años no leen periódicos, dicen algo falso. Ellos leen mucho más que los adultos de todos los países, pero leen por internet, lo cual quiere decir que no leen un periódico, no tienen que tragarse todo lo que salió en un periódico. Toman un trozo de aquí, lo combinan con un programa de televisión acá y una imagen de allá, y la idea es que cada uno se construye su propio mensaje y escoge el universo de comunicación en el que se inserta.

¿Qué nivel tiene la transformación de la comunicación? No quiero entregar muchos datos, pero sirven para ver la rapidez de la evolución. En el mundo, los usuarios de internet en 1996 eran 40 millones de personas, en 2010 eran mil 600 millones. Lo más importante hoy día es la explosión de la comunicación inalámbrica. Un dato: en 1991 había en todo el mundo 16 millones de abonados de móvil o celulares. En este momento hay cuatro mil 700 millones. Lo cual quiere decir que si consideramos que en muchos países pobres una familia o una aldea o un barrio tienen un número, considerando que los bebés no tienen uno todavía, aunque la tasa de posesión comienza a partir de los cinco años, bueno, esto quiere decir que casi el conjunto de la humanidad está conectada por móviles en estos momentos. No necesariamente por internet, todavía a través del móvil, pero la base ya está creada.


De ahí el impacto de la transformación y la existencia de una comunicación de masas horizontal e interactiva, o sea, estamos en un mundo de comunicación de masas, pero por nuevos medios. En julio de 2009, por primera vez en el mundo, el número de usuarios de los espacios y las redes sociales como Facebook y otros, superó al número de usuarios de correo electrónico. Pensamos que el correo electrónico era obviamente la forma dominante de internet, no, la forma dominante de internet son las redes sociales.

En 2010 el mundo Facebook tenía 400 millones de usuarios activos de los cuales 50% estaban en Facebook cada día y como media tenían 130 amigos. El nivel de amistad es variable, pero, por lo menos, habían aceptado 130 personas.

Lo más importante es que hay centenares de distintas redes sociales que no tienen que ver con Facebook, YouTube y MySpace, porque se hacen en otras lenguas, en otros países y hay una gran cantidad de espacios que se crean y se destruyen constantemente. En China, por ejemplo, Facebook no es el número uno, hay una red social similar. Obviamente, China hoy día es el país que tiene más usuarios de internet, hay más 675 millones de chinos en internet.


La asociación creciente de la autocomunicación con los medios de comunicación de masas es en este momento un hecho básico. Los blogs y los medios de autocomunicación de masas se han convertido en una forma continua de exposición de opinión. Constituyen un océano de información.


Por otro lado, los medios de comunicación de masas están intentando articularse con estos medios. La BBC tiene toda una sección para aprovechar el periodismo ciudadano, es decir, gente que hace informes, que envía material. La BBC emplea cientos de personas dedicadas permanentemente a recibir todos esos mensajes y realizando un mínimo de control de calidad de la información, es como si tuvieran una red de corresponsales gratuita. Fíjense que estamos hablando de la economía del valor de uso y a la gente no le importa trabajar gratis con tal de poner su propia programación, su contenido.


¿Cómo se traduce en el sistema político? Pues bien, la autonomía comunicativa se traduce en capacidad autónoma de intervención tanto en los medios de comunicación tradicionales, como en la capacidad de generar espacios independientes en los medios de comunicación de masas. Independiente de las corporaciones y de los gobiernos. Fundamentalmente, lo que esta autocomunicación de masas genera es una autonomía comunicativa con respecto al conjunto de la sociedad.


Yo he hecho una tipología rápida a partir de estudios de caso, señalando fundamentalmente dos grandes fenómenos: la formación de nuevos movimientos sociales y, por otro lado, la formación de lo que llamo política insurgente.


Movimientos sociales son aquellos que actúan para cambiar los valores de la sociedad, no el poder político ni la decisión política directamente, sino los valores de la sociedad. Hice en una investigación a profundidad de dos grandes movimientos: por un lado, el movimiento de cambio climático, una agrupación ecologista que consiguió cambiar en el mundo cómo se concibe el cambio climático. Hace 30 años teníamos más o menos los mismos datos que hoy en día, pero nadie sabía lo que era el cambio climático. En este momento las encuestas muestran que el 80% de los ciudadanos en el mundo sabe lo que es el cambio climático y 70% cree que es muy importante y que debería ser prioridad para los gobiernos.


Aun cuando el avance sea lento, la hegemonía cultural de la relación nueva entre cultura y naturaleza, entre producción y conservación, ha cambiado. Esto se debe a una acción comunicativa de una serie de movimientos y de acciones individuales.


También estudié muy bien el movimiento antiglobalización, que en realidad lucha por una globalización justa. Es un movimiento fundamentalmente organizado al establecer relaciones entre lo global y lo local, con grupos locales coordinados, debatiendo constantemente en internet y aterrizando en los lugares donde hay reuniones de nivel mundial para contestar en ese espacio mediático los mensajes que las elites tratan de formular en el control y gestión del mundo.


Las políticas insurgentes son aquellas que surgen en los márgenes del sistema político, pero tratan de tener un impacto directo sobre las instituciones y los procesos de decisión. Aquí he encontrado dos tipos de situaciones, principalmente:


Primero, una que llamo Comunidades de prácticas instantáneas de tipo político. Son simplemente movimientos espontáneos que surgen como turbulencia de información, de contacto personal a través de un hecho que genera una indignación y que provoca una comunicación de tal tipo que llega a generar efectos políticos por resonancia del mensaje en un amplio sector de la sociedad.


Hay una serie de estudios de caso, algunos los estudié personalmente. Por ejemplo, el de los móviles en España, sobre todo en Madrid, en marzo de 2004, cuando tuvo lugar la mentira del gobierno de Aznar con respecto a la autoría de quienes organizaron la masacre de Madrid. Aznar trataba de decir que eran los vascos para no decir que fue Al Qaeda. Había elecciones cuatro días después y si era Al Qaeda entonces se le iba a culpar de la matanza porque fue la respuesta de la participación española en la guerra de Irak. Consiguió controlarlo en los medios de comunicación, pero no logró controlar que el sábado antes de la elección un profesor de 30 años enviara un mensaje a 10 amigos suyos pidiendo que protestaran, aunque fuera en la jornada de reflexión organizada institucionalmente en España y, por tanto, no se podía hacer política ni nada. Y como estos 10 amigos suyos se lo enviaron a 10 amigos suyos que se lo enviaron a 10 amigos suyos, bueno. Fue un fenómeno que los matemáticos conocen como de los pequeños mundos, que se articulan y finalmente hay decenas de miles de personas que reciben ese mensaje, pero no de cualquier forma, lo reciben de personas que conocen personalmente porque cada uno se lo envía a su agenda.
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Para que vean exactamente el tipo de comunicación, dos meses después Berlusconi tenía las elecciones regionales en Italia, en ese momento tenía problemas, vio lo que le ocurrió a su amigo Aznar y entonces dijo: “Yo soy el rey de los medios, voy a hacer lo mismo, voy a mandar un mensaje el día de la elección a 15 millones de ciudadanos”. Y lo envió y todo el mundo se encontró con su privacidad violada por un político que le dice cómo votar en una cosa tan personal como es el móvil. Es como entrar en mi habitación (aconsejo a los políticos que nunca envíen mensajes directos a la gente pues les van a rebotar). En el caso de Berlusconi fue uno de los factores que hicieron que perdiera esa elección.

En el caso español yo estudié el desplazamiento de los votos que se produjo. Cuatro días antes ganaban las elecciones los conservadores y lo que ocurrió es que dos millones de jóvenes que no votaban y, sobre todo, no votaban socialista, fueron a votar, pero no por cambiar de opción política, sino como ellos dijeron, para echar a los mentirosos. Un tema moral. En una entrevista que yo hice me dijeron: “no, yo me tapé la nariz y voté socialista, porque era la única manera de acabar con esta pandilla de mentirosos en el gobierno”.

Otro de estos pequeños grandes efectos, un mensaje de sms generó un movimiento de reacción espontánea en la sociedad, que cambió el sentido de la elección e hizo que Zapatero, que había hecho campaña con la retirada de las tropas en Irak, el primer día que estuvo en el gobierno sacó las tropas españolas de Irak. Fue la primera ruptura de la coalición que se había generado en torno a Bush, a partir de lo cual se fue descomponiendo toda aquella coalición en la invasión de Irak.

En las nuevas formas de campañas políticas, la más evidente es la campaña de Obama en Estados Unidos que todo el mundo acredita al uso de internet, sobre todo en las primarias contra Hillary Clinton, porque a través del internet fue donde Obama consiguió romper la barrera fundamental que existe en las elecciones americanas, que es la barrera de la financiación.

Obama, para movilizar a la gente que quería un cambio político en el país, rechazó recibir dinero de los donadores habituales, a diferencia de Hillary Clinton y a diferencia de los republicanos. De las donaciones, 62% fueron por internet. Eso requiere un manejo de internet que generacionalmente otros políticos no pudieran ni pensar. En el caso de Obama, además, le ayudó que gente como el cofundador de Facebook organizó la campaña por internet. Pero no era sólo por internet, eran grupos de base conectados entre ellos, dentro y fuera de internet y, por consiguiente, lo que hizo fue transmitir su experiencia de organizador de comunidad de base al mundo de internet. La campaña en internet refuerza la campaña de base organizada política e ideológicamente.

En cualquier caso, aunque los partidos como los poderes que existen en la sociedad intervienen ese espacio de la autocomunicación, no es que el espacio de comunicación de masas sea de los dominantes y el de autocomunicación de masas el de los dominados, todos intervienen en todos y todo se articula, pero digamos que los márgenes de intervención de los que no tienen mecanismos de poder institucionales en las corporaciones y en los gobiernos se han ampliado extraordinariamente. Es lo único que podemos constatar.

Muchos partidos políticos aún no se enteran o no usan este espacio, ¿por qué? Porque no requiere simplemente saber utilizar internet, requiere entender que internet no es la televisión, no es un tablón de anuncios y requiere una capacidad política para permitir la autonomía y la autorrealización de los ciudadanos. Por tanto, no es un fenómeno tecnológico, es una cultura política.

Hasta ahora he reflejado un mundo donde no aparece la palabra control sobre internet, pero internet no es una estructura angélica, está en un mundo de instituciones, de intereses y corporaciones de gobierno que intentan controlarlo.

¿Qué ocurre? Para empezar, los grupos propiamente de internet, los bloggers, los Facebook, los YouTube, los Flickers, los MySpace, son corporaciones, pero a estos grupos el control de lo que circula en internet no les interesa, por dos razones:

Primera, porque ellos lo que venden es tráfico de internet, por consiguiente, si crean condiciones disminuye el tráfico.

Segunda, porque si coartan la comunicación, las barreras de entrada en el espacio de comunicación de internet hoy día son muy bajas. Apenas hace falta capital y el conocimiento tecnológico lo tienen literalmente millones de jóvenes en todo el mundo. Cualquiera de ellos asociándose con amigos monta un grupo como MySpace.com, y es lo que ha ido ocurriendo. Cada vez que ha habido un bloqueo se ha juntado un grupo de cuatro jóvenes. Facebook, también creado por jovencitos que cuando se hacen ejecutivos corporativos cambian, dijeron hace seis meses: “Bueno, sería excelente idea, ya que tenemos 400 millones de usuarios, hacerlos pagar”. Vieron la reacción de millones de personas saliendo de Facebook y cambiaron en una semana.

Los gobiernos odian internet, todos los gobiernos. Yo he estado en suficientes comisiones gubernamentales, nombradas por los gobiernos para saber. En cuanto comienza una comisión lo primero que llega es el ministro correspondiente a tratar de descubrir cómo controlar internet. Los usuarios lo que quieren es difundir más internet y los gobiernos quieren controlarlo.

(PUEDEN SATEARSE DESDE ACÁ...)

No es tan fácil, ni jurídicamente ni en la práctica. Clinton lo intentó dos veces disfrazándolo de control de pornografía infantil y las dos veces perdió la batalla con el Tribunal Supremo de Estados Unidos. La última decisión de la Corte era interesante en su redacción porque literalmente dice: “Es cierto que internet es el caos, pero los ciudadanos tienen un derecho constitucional al caos”. Encuentro epistemológicamente interesante la noción del derecho constitucional al caos, debe ser mi alma libertaria catalana.

En Francia Sarkozy lo intentó, el Consejo Constitucional lo bloqueó. En Inglaterra el gobierno laborista lo intentó y la Cámara de los Lores lo bloqueó.

¿Qué pasa con los gobiernos totalitarios? El ejemplo siempre son los chinos. Intentan controlar, pero ¿cómo se hace? Pues se hace por programas automáticos de análisis de contenido, o sea, por robots. Pero son programas de análisis de contenido que funcionan con palabras clave. Hay 60 palabras clave. Entonces, si alguien quiere que no lo controlen no dice la palabra clave. Es algo que los periodistas en Chile o en España aprendieron hace tiempo. Si no dices palabras feas como democracia, Taipei, Taiwán, Tibet, pornografía, cosas así, no te detectan. Entonces hacen otras cosas un poco más brutales que es aterrorizar a los web masters, para que si hay algún problema te la cargas tú y así tienen una red bastante mayor de control, pero que es bastante poco eficaz porque fundamentalmente consiste en vigilar a los que hay que vigilar. Digamos que mueren algunos mensajeros, pero no el mensaje, el mensaje sigue. Claro, si somos el mensajero es un problema, pero si somos el mensaje, el mensaje no se intercepta.


En China no hay movilización fuerte del tipo que hemos visto en otros países en internet. Es que por ahora a los chinos no les interesa nada la democracia, el 72% de los chinos apoya a su gobierno. El día en que China realmente produzca un movimiento de oposición, por lo pronto más social que político, más de trabajadores urbanos que de campesinos expulsados, ese día ustedes verán cómo internet es un instrumento de movilización autónoma de masas.


Ha ocurrido en otro régimen que se consideraba inexpugnable. La movilización de masas contra el régimen iraní tuvo como base de organización los móviles e internet. El gobierno iraní es sofisticado y cortó rápidamente las redes de comunicación inalámbricas e internet, pero tenían que dejar algunos puntos de entrada en el país, porque no se puede cortar completamente. Es ahí donde la comunidad internauta mundial intervino con servidores a disposición de los que iban cerrando, con proxis en términos de los pilotos servidores y hubo una manifestación de masas y así fue como nos enteramos de que mataron a esta joven iraní y la noticia recorrió el mundo, y conocimos un movimiento social del que CNN apenas podía informar. Nos enteramos de lo que realmente era la comunidad de periodistas ciudadanos que había en Irán.


(...HASTA ACÁ)


Lo que realmente está cambiando es el espacio público donde la sociedad delibera, construye sus percepciones y decisiones. Ese espacio, que fue construido en torno al Estado nación democrático en un momento en que el centro del mundo era el Estado, ha sido erosionado en su capacidad de representación por la globalización, por la construcción de identidades en las que la gente se reconoce y que no coinciden necesariamente con su ciudadanía sino con su identidad religiosa o étnica, local o territorial, de género o personal: el yo como “identidad”, más que el yo como “ciudadano de”.

Podemos demostrar, empíricamente, que esos procesos han achicado la capacidad de intervención y de representación del Estado-nación. Primero, porque para actuar en la globalización se ha constituido una nueva forma, lo que no significa la desaparición del Estado-nación, sino su articulación en red, lo que llamo el Estado-red, que se forma con las instituciones estatales del Estado-nación interactuando mancomunadamente en redes para intentar algún tipo de control o de gestión de la globalización. Segundo, aparecen identificaciones subestatales, la identificación con términos distintos de ciudadanía política, que van debilitando la capacidad de representación del Estado con respecto a una multiplicidad de intereses. El espacio público está cada vez menos centrado en las instituciones políticas de la sociedad y cada vez más centrado en los espacios de comunicación. El espacio público es el espacio de la comunicación. De ahí que el gran tema en ese espacio depende del control no tanto político como tecnológico y empresarial de los canales de comunicación, de las redes de comunicación. Ahí sí que hay control posible.

La libre comunicación, que en parte es posible por la visión de unos tecnólogos libertarios que deliberadamente construyeron un espacio muy difícil de controlar, debe ser preservada; pues corresponde a lo que era la libertad de prensa, como libertad básica de la democracia.

Se requiere una libertad de comunicación interactiva como elemento básico de la autocomunicación de masas y de la capacidad de intervención de la sociedad sobre sí misma, pero eso requiere una regulación. Una regulación por orden del Estado. Ahí es donde las cosas se complican. Se trata de que la autocomunicación de masas sea suficientemente fuerte como para poner presión sobre los Estados y mantener su autonomía. Eso sólo puede lograrse en la medida en que la autocomunicación de masas adquiera una dimensión institucional y en la medida en que los sistemas políticos, incluidos los partidos, se den cuenta de que han llegado al final de su recorrido histórico tal y como son, y que sólo abriéndose a la sociedad podrán encontrar experimentalmente las nuevas formas de organizar la representación y el debate político hacia una decisión compartida.


Manuel Castells. Sociólogo. Es director del Internet Interdisciplinary Institute de la Universitat Oberta de Catalunya, en Barcelona. Entre sus libros: Comunicación y poderLa Galaxia Internet: Reflexiones sobre Internetempresa y sociedad y La era de la información: economía, sociedad y cultura.

Cuestionario: Internet y la Sociedad Red

(Perdón por la tardanza!!)

1. ¿A qué llama Castells "sociedad red"?


2. ¿Cuáles son las conclusiones con respecto a la sociabilidad en Internet?

3. ¿Por qué considera el autor que son funcionales los movimientos sociales en Internet?

4. ¿Por qué dice que se encuentra desaprovechado el rol de Internet en la política? 

5. ¿Por qué los medios de comunicación masivos permanecen vigentes a pesar de la comunicación no mediatizada?


Las respuestas para la clase que viene, así cerramos este tema y empezamos con segundo texto de Castells sobre el rol de las redes sociales.
Voy a ir subiéndolo acá para que le den una leída general antes del jueves.

¡Buen finde!

jueves, 7 de noviembre de 2013

Internet y la sociedad de red | Manuel Castells (2001)


Internet es el tejido de nuestras vidas en este momento. No es futuro. Es presente. Internet es un medio para todo, que interactúa con el conjunto de la sociedad y, de hecho, a pesar de ser tan reciente, en su forma societal (aunque como sabemos, Internet se construye, más o menos, en los últimos treinta y un años, a partir de 1969; aunque realmente, tal y como la gente lo entiende ahora, se constituye en 1994, a partir de la existencia de un browser, del world wide web) no hace falta explicarlo, porque ya sabemos qué es Internet. Simplemente les recuerdo, para la coherencia de la exposición, que se trata de una red de redes de ordenadores capaces de comunicarse entre ellos. No es otra cosa. Sin embargo, esa tecnología es mucho más que una tecnología. Es un medio de comunicación, de interacción y de organización social. Hace poco tiempo, cuando todavía Internet era una novedad, la gente consideraba que, aunque interesante, en el fondo era minoritario, algo para una elite de internautas, de digerati, como se dice internacionalmente. Esto ha cambiado radicalmente en estos momentos. Para recordarles brevemente la progresión, les diré que la primera encuesta seria sobre usuarios de Internet que yo conozco, de finales del noventa y cinco señalaba que había unos nueve millones de usuarios de Internet. En este momento estamos en torno a los trescientos cincuenta millones de usuarios en el mundo. Las previsiones conservadoras prevén que, para mediados del año 2001, llegaremos a setecientos millones, y en torno a 2005-2007, a dos mil millones como mínimo. Es verdad que constituye sólo una tercera parte de la población del planeta, pero esto quiere decir, ponderando en términos de las sociedades más desarrolladas, que en las sociedades de nuestro contexto las tasas de penetración estarán en torno al 75% u 80%.
De hecho, en todo el planeta los núcleos consolidados de dirección económica, política y cultural estarán también integrados en Internet. Eso no resuelve ni mucho menos los problemas de desigualdad, y a ellos me referiré más adelante. Pero en lo esencial, esto significa que Internet es ya y será aún más el medio de comunicación y de relación esencial sobre el que se basa una nueva forma de sociedad que ya vivimos, que es lo que yo llamo la sociedad red. Pese a ser tan importante, Internet es tan reciente que no sabemos mucho sobre ella. Y en esa situación, cuando hay un fenómeno de gran relevancia social, cultural, política, económica, pero con un escaso nivel de conocimiento, se generan toda clase de mitologías, de actitudes exageradas. Yo creo que muchos intelectuales europeos y españoles ya han entendido, analizado, criticado, rechazado Internet, señalando, por anticipado, todas las posibles alienaciones que va a generar. Yo me acuerdo que en los años 95-97 participé en la comisión de expertos sobre la sociedad de la información que nombró la Comisión Europea, y allí, en una comisión de quince expertos, en la que yo obviamente estaba en absoluta minoría, se trataba de ver cómo se podían paliar los efectos devastadores que podría producir Internet en la sociedad, en la política y en la cultura. Predominaba una reacción defensiva.. Frente a un fenómeno de extraordinaria importancia, del que, por otro lado, se tiene un escaso conocimiento, ha aparecido una extraordinaria mitología en torno a Internet. Por ello, quiero centrar mi conferencia en algo que quisiera que fuera práctico. Voy a intentar, aunque haya algunos aspectos teóricos, resumir qué sabemos de Internet en términos comparativos, qué sabemos sobre lo que es Internet hoy, a partir de información empírica. Trataré de resumirlo en diez puntos.
(...)

La sociabilidad en Internet
Permítanme cambiar de tercio rápidamente para entrar en quinto punto de mi conferencia, que es el tema más cargado ideológicamente del análisis de Internet, el tema de la sociabilidad en Internet, de la interacción social o individual en Internet o el tema de las comunidades virtuales de Internet. Como saben, este tema está dominado por las fantasías de los futurólogos y de los periodistas no bien informados, aunque hay periodistas muy bien informados. Aquí se ha hablado de que Internet aliena, aísla, lleva a la depresión, al suicido, a toda clase de cosas horribles, o bien, por el contrario, que Internet es un mundo extraordinario, de libertad, de desarrollo, en el que todo el mundo se quiere, en el que todo el mundo está en comunidad. ¿Qué sabemos empíricamente de esto? Sabemos bastantes cosas. Sabemos, por ejemplo, por un estudio que acaba de hacer British Telecom, un gran estudio de observación realizado a lo largo de un año en una serie de hogares en los que se utilizaba Internet, que no cambia nada. Es decir, que la gente que hacía lo que hacía, lo sigue haciendo con Internet y a los que les iba bien, les va mucho mejor, y a los que les iba mal, les va igual de mal; el que tenía amigos, los tiene también en Internet y, quien no los tenía, tampoco los tiene con Internet. Es un estudio intelectualmente muy conservador, pero lo cito y les doy la referencia porque es un estudio muy espectacular. Se llama Aquí no pasa nada. Pero sí que pasa. Internet es un instrumento que desarrolla pero no cambia los comportamientos, sino que los comportamientos se apropian de Internet y, por tanto, se amplifican y se potencian a partir de lo que son.
Esto no significa que Internet no sea importante, quiere decir que no es Internet lo que cambia el comportamiento, sino que es el comportamiento el que cambia Internet. Estudios más de tipo panel, como los que realiza el principal investigador de sociología empírica de las comunidades de Internet, Barry Wellman, de la Universidad de Toronto muestran la realidad de la vida social en Internet. He aquí lo que señalan sus resultados: en primer lugar, las comunidades virtuales en Internet también son comunidades, es decir, generan sociabilidad, generan relaciones y redes de relaciones humanas, pero no son las mismas comunidades que las comunidades físicas. Esto puede parecer una verdad de perogrullo, pero había que investigarlo y mostrarlo. Las comunidades físicas tienen unas determinadas relaciones y las comunidades virtuales tienen otro tipo de lógica y otro tipo de relaciones. ¿Qué tipo de relaciones? ¿Cuál es la lógica específica de la sociabilidad on line? Lo más interesante es la idea de que son comunidades personales, comunidades de personas basadas en los intereses individuales y en las afinidades y valores de las personas. Es decir, en la medida en que se desarrollan en nuestras sociedades proyectos individuales, proyectos de dar sentido a la vida a partir de lo que yo soy y quiero ser, Internet permite esa conexión saltando por encima de los límites físicos de lo cotidiano, tanto en el lugar de residencia como en el lugar de trabajo y genera, por tanto, redes de afinidades. Por ejemplo, las investigaciones en Canadá y en Estados Unidos mostraron que, aparte de Internet, los individuos tenían normalmente, como término medio, no más de seis lazos íntimos de relación fuera de la familia y, al mismo tiempo, cientos de lazos débiles. Parece que es una cosa que en los últimos diez años se ha mantenido como establecida. Entonces, lo que ocurre es que Internet es apta para desarrollar lazos débiles, para crear lazos débiles, pero no es apta para crear lazos fuertes, como media, y es excelente para continuar y reforzar los lazos fuertes que existen a partir de relación física. En fin, en esto, que parece también bastante lógico, lo que me importa es que viene avalado empíricamente por la síntesis de los estudios que se han desarrollado. En este sentido, la tendencia que se está desarrollando es hacia la disminución de la sociabilidad de base comunitaria física tradicional. Hay una tendencia hacia la disminución de la sociabilidad basada en el barrio. Hay un declive de la vida social dentro del trabajo, en general, en el mundo. Lo que está ocurriendo es que la sociabilidad se está transformando mediante lo que algunos llaman la privatización de la sociabilidad, que es la sociabilidad entre personas que construyen lazos electivos, que no son los que trabajan o viven en un mismo lugar, que coinciden físicamente, sino personas que se buscan: yo quiero encontrar a alguien a quien le guste salir en bicicleta conmigo, pero hay que buscarlo primero. Por ejemplo, ¿cómo crear un club ciclista? o ¿cómo crear un club de gente que se interese por la espeleología? Esta formación de redes personales es lo que Internet permite desarrollar mucho más fuertemente.
Cuando Wellman intentó medir qué influencia tenía Internet sobre las otras sociabilidades, encontró algo que contradice los mitos sobre Internet. Es lo que el llama "cuanto más, más", es decir, cuánto más red social física se tiene, más se utiliza Internet; cuanto más se utiliza Internet, más se refuerza la red física que se tiene. Es decir, hay personas y grupos de fuerte sociabilidad en los que es correlativa la sociabilidad real y la virtual. Y hay personas de débil sociabilidad, en las que también es correlativa la débil sociabilidad real y virtual. Lo que ocurre es que, en casos de débil sociabilidad real, hay algunos efectos compensatorios a través de Internet; es decir, se utiliza Internet para salir del aislamiento relativamente. Lo que algunos estudios hacen es medir esta correlación y constatan que se trata de personas que utilizan mucho Internet, que están aisladas socialmente, por tanto Internet aísla. El proceso de causalidad es distinto, Internet se utiliza como medio para aquellas personas aisladas, pero fundamentalmente hay un efecto acumulativo entre sociabilidad real y sociabilidad física, porque la virtual también es real, y sociabilidad virtual. La otra serie de estudios, como los realizados por Marcia Lipman, en Berkeley, que ha estudiado cientos de comunidades virtuales, señalan otro dato fundamental, y es que las comunidades virtuales son tanto más exitosas, cuanto más están ligadas a tareas, a hacer cosas o a perseguir intereses comunes juntos. La idea de que Internet es un lugar donde la gente habla de cualquier tontería, se cuentan chismes etc., es absolutamente superficial. Esto es extremadamente minoritario, no mucha gente tiene tiempo de hacerlo. Lo que ocurre es que estas historias de las identidades falsas, de que la gente se disfraza de cualquier cosa, de que se cuentan lo que no son, hacen las delicias de los sociólogos posmodernos. Es verdad que esto existe, pero se da sobre todo en los adolescentes ¿Y qué hacen los adolescentes, en general? Inventarse identidades, experimentar identidades, pasarse ratos de cháchara sobre cualquier cosa, siempre que pueden, crear una contracultura propia de experimentación identitaria. Y esto también lo hacen en Internet. Pero, estudiando a través del conjunto de la sociedad, fuera de los mecanismos de adolescentes, lo que se observa es, más bien, que el Internet instrumental, es decir, la utilización de Internet para desarrollar tareas políticas o personales, o de intereses concretos, es lo que realmente genera los niveles de interacción más fuertes. Por tanto, más que ver la emergencia de una nueva sociedad, totalmente on line, lo que vemos es la apropiación de Internet por redes sociales, por formas de organización del trabajo, por tareas, al mismo tiempo que muchos lazos débiles, que serían demasiado complicados de mantener off line, se pueden establecer on line. Por ejemplo, uno de los elementos más interesantes en esto es el desarrollo de organizaciones de interayuda entre las personas mayores: el Seniornet en Estados Unidos es una de las redes más populares de información, de ayuda, de solidaridad, de reforzamiento de una vivencia compartida, etc. O las redes de información religiosa y de compartir valores religiosos. O las redes de movilización social.

Los movimientos sociales en Internet
Y aquí paso al sexto punto de lo que sabemos de Internet: su relación con los movimientos sociales. Lo que sabemos es algo ya bastante analizado en los medios de comunicación: la mayor parte de movimientos sociales y políticos del mundo de todas las tendencias utilizan Internet como una forma privilegiada de acción y de organización. Esto simplemente quiere decir que Internet es un instrumento. Pero, ¿qué es lo específico?, ¿qué le confiere especificidad a la movilización social a partir del hecho de que se haga por Internet? Bien, hay tres rasgos que son fundamentales en la interacción entre Internet y los movimientos sociales. El primero es que asistimos en la sociedad, fuera de Internet, a una crisis de las organizaciones tradicionales estructuradas, consolidadas, tipo partidos, tipo asociaciones de orientación directamente política, y además se produce la emergencia de actores sociales, fundamentalmente a partir de coaliciones específicas sobre objetivos concretos: vamos a salvar a las ballenas, vamos a defender tal barrio, vamos a proponer nuevos derechos humanos en el mundo, vamos a defender los derechos de la mujer, pero no con una asociación, sino con campañas concretas. Es decir, en general, en la sociedad hay un salto de los movimientos sociales organizados a los movimientos sociales en red en la base de coaliciones que se constituyen en torno a valores y proyectos. Internet es la estructura organizativa y el instrumento de comunicación que permite la flexibilidad y la temporalidad de la movilización, pero manteniendo al mismo tiempo un carácter de coordinación y una capacidad de enfoque de esa movilización.
Segundo rasgo: los movimientos sociales en nuestra sociedad se desarrollan, cada vez más, en torno a códigos culturales, a valores. Hay movimientos reivindicativos tradicionales, pero los movimientos más importantes -medio ambiente, ecologismo, mujeres, derechos humanos- son movimientos de valores; por lo tanto, son movimientos que dependen sobre todo de la capacidad de comunicación y de la capacidad de llevar a cabo un reclutamiento de apoyos y de estímulos mediante esa llamada a los valores, a los principios y a las ideas. Son movimientos de ideas y de valores. Pues bien, Internet es fundamental porque se puede lanzar el mensaje como éste: "aquí estoy, éste es mi manifiesto, ¿quién está de acuerdo conmigo?, y ¿qué podemos hacer?" La transmisión instantánea de ideas en un marco muy amplio permite la coalición y la agregación en torno a valores. En este sentido, una de las ideas más falsas sobre Internet es la idea del famoso cómic publicado en el New Yorker de hace muchos años de dos perros en un ordenador en el que uno le dice al otro: "Ves, en Internet nadie sabe que eres un perro". Pues miren, sí. En Internet se sabe qué es un perro, porque si usted quiere organizar a los perros en Internet y se presenta como gato, va a organizar a los gatos. Con lo cual, la bandera de organización, de comunicación, de afirmación de un cierto valor tiene que ser firmada en términos de lo que se quiere ser, porque los movimientos sociales que se constituyen, se constituyen en torno a lo que dicen que son, no se constituyen de forma manipulada, atrayendo a alguien para lo que no es. Eso puede ser una manipulación, pero, en general, las manipulaciones no suelen prosperar.
El tercer rasgo específico de los movimientos sociales es que, cada vez más, el poder funciona en redes globales y la gente tiene su vivencia y se construye sus valores, sus trincheras de resistencia y de alternativa en sociedades locales. El gran problema que se plantea es cómo, desde lo local, se puede controlar lo global, cómo desde mi vivencia y mi relación con mi mundo local, que es donde yo estoy, donde yo vivo, puedo oponerme a la globalización, a la destrucción del medio ambiente, a la masacre del Tercer Mundo en términos económicos. ¿Cómo se puede hacer esto? Pues bien, Internet permite la articulación de los proyectos alternativos locales mediante protestas globales, que acaban aterrizando en algún lugar, por ejemplo, en Seattle, Washington, Praga, etc., pero que se constituyen, se organizan y se desarrollan a partir de la conexión Internet, es decir, conexión global, de movimientos locales y de vivencias locales. Internet es la conexión global-local, que es la nueva forma de control y de movilización social en nuestra sociedad.

La relación directa de Internet con la actividad política
El séptimo punto de mi conferencia: Internet también tiene una relación directa con la actividad política organizada, tanto en lo que se refiere a partidos, como a gobiernos de distintos tipos. Aquí hay toda clase de proyectos, de ideas. En principio, Internet podría ser un instrumento de participación ciudadana extraordinario, podría ser un instrumento de información de la clase política, de los gobiernos y de los partidos a los ciudadanos en su conjunto y de relación interactiva. Podría ser un ágora política y sobre esto escriben todos los futuristas. Ahora bien, en la práctica, hay algunas experiencias interesantes de democracia local, curiosamente local, como la Digital City, la ciudad digital de Amsterdam (hoy en seria crisis), las redes ciudadanas de Seattle, el programa Iperbole en Bolonia (también en declive en este momento); pero en general, lo que se observa es que los gobiernos, las administraciones, los partidos políticos han confundido Internet con un tablón de anuncios. En general, se limitan a exponer la información: aquí tienen nuestra información para que se entere de lo que hacemos y así me ahorra trabajo o, si lo desea, dígame su opinión. Lo que sucede es que no se sabe qué pasa con esa opinión. En general, hay escasísimos ejemplos de práctica interactiva cotidiana del sistema político con los ciudadanos. Por tanto, una de las fronteras de investigación que yo quisiera desarrollar sobre Internet es de qué manera Internet puede permitir la desburocratización de la política y superar la crisis de legitimidad de los gobiernos que se produce en todo el mundo, a partir de/ una mayor participación ciudadana permanente, interactiva, y a una información constante de doble vía. En realidad, lo que se observa es que esto no se produce.
Hay un libro interesante que acaba de publicarse sobre las relaciones de Internet y algunos sistemas parlamentarios que muestra, a partir de estudios empíricos, que en realidad todos los parlamentos tienen web site, todos los partidos tienen Internet en todos los países desarrollados, pero son vías, insisto, unidireccionales de información, para captar la opinión, para convertir simplemente a los ciudadanos en votantes potenciales y para que los partidos obtengan la información para saber cómo ajustar su publicidad. Yo diría que, en este sentido, el problema no es de Internet. El problema es del sistema político y, una vez más, tenemos un leitmotiv de la conferencia que les estoy intentando transmitir, que es la idea de que la sociedad modela a Internet, y no al contrario. Allí donde hay una movilización social, Internet se convierte en un instrumento dinámico de cambio social; allí donde hay burocratización política y política estrictamente mediática de representación ciudadana, Internet es simplemente un tablón de anuncios. Hay que cambiar la política para cambiar Internet y, entonces, el uso político de Internet puede revertir en un cambio de la política en sí misma.

La privacidad en Internet
Muchos debates sobre Internet en estos momentos plantean la idea del efecto de Internet sobre la privacidad y sobre la capacidad de control de nuestra vida íntima a través de Internet. Aquí hay dos elementos: la relación gobiernos-ciudadanos y la relación privacidad-Internet. En la relación gobiernos-ciudadanos, hay algo que pone muy nerviosos a los gobiernos y es que, realmente, no pueden controlar Internet. Hay muchas razones, pero una mucho más decisiva que las demás. Podemos argumentar si técnicamente se puede o no se puede. Parece que no es tan fácil como algunos pensaban y, para demostrarlo, siempre se cita el caso de Singapur. Acabo de recibir una ponencia de los sociólogos de Singapur que estudian Internet que muestra, empíricamente, la incapacidad del Gobierno de Singapur para controlar Internet en este momento, debido a que, por razones económicas y financieras, se han tenido que abrir al exterior. Naturalmente, China, Singapur y otros muchos países quisieran utilizar Internet para los negocios y no suprimir para la libre expresión ciudadana. En Singapur parece que ya no les funciona ese control. En China les funciona porque, aunque no controlan la difusión de información en Internet, luego pueden buscar a la persona que ha recibido o difundido la información y llevarla a la cárcel, lo que es otra forma de control. Pero, Internet como tal, parece difícil de controlar. En cambio, la razón fundamental no es solamente técnica, sino que es una razón institucional: en Estados Unidos no se puede hacer, porque hay varias decisiones de los tribunales federales y en particular, la que eliminó el Acta de Decencia en la comunicación que Clinton presentó en 1995 para censurar Internet argumentando la pornografía infantil.
El Tribunal Supremo de Estados Unidos, de hecho la Corte Federal, que luego fue refrendada por el Tribunal Supremo, declaró que es cierto que en Internet hay toda clase de problemas, es cierto que en Internet la libre expresión conduce a excesos, es cierto que Internet es el caos de la expresión. Pero, añade textualmente: "los ciudadanos tienen un derecho constitucional al caos". Yo creo que la idea de un derecho constitucional al caos es profundamente innovadora y hace que, a partir de ese momento, en la medida en que Internet es una red global, al no haber control en Estados Unidos, se busca cualquier circuito para sortear el obstáculo y poder expresarse. Recuerden que Internet está diseñada técnicamente para interpretar cualquier censura como un obstáculo técnico y reconfigurar la vía de transmisión. Además del hecho de que los gobiernos no controlen Internet -la única forma de hacerlo sería desenchufarlo, como hace Irán, Afganistán, aunque ya veremos qué pasa con el Internet móvil-, de lo que la gente se está dando cuenta es de que hay un problema mucho más profundo que el control de los gobiernos sobre la libertad de expresión, y es la desaparición de la privacidad a través de un mundo en el que vivimos conectados a la red. Scott McNealy, que es un gran empresario de Silicon Valley, el presidente de Sun Microsystems el año pasado, para que no le molestaran más con este tema, hizo una declaración espectacular con la que yo y la mayoría de gente coincidimos: "¿Privacidad en Internet? Olvídese de eso. Usted ya ha perdido su privacidad para siempre". ¿Qué significa eso? Significa que cualquier cosa que hagamos en la red se puede detectar electrónicamente. El problema es quién está interesado, cómo, cuándo, de qué manera, cómo se hace, etc. Pero existe la posibilidad de hacerlo. El FBI lo puede hacer en estos momentos, ya que ha desarrollado un nuevo programa, Carnivore, evidentemente con autorización judicial, pero ya se sabe. Esto lo puede hacer cualquier tipo de empresa que disponga del famoso cookie en su programa; es decir, en este momento, si una persona no quiere dar su dirección y sus características a empresas que comercializan con este tema, tiene que hacer una verdadera investigación, hacer toda clase de clics, salir de toda clase de servicios, y prácticamente aislarse.
En Estados Unidos ya existen empresas que empiezan a comercializar la política. Hay una empresa que se llama Aristotle que ha desarrollado este sistema, Aristotle, para la campaña presidencial actual a partir de informaciones obtenidas en numerosos bancos de datos comerciales, ha elaborado perfiles de personalidad y los ha cruzado con patrones de voto geográficos a niveles muy pequeños, de barrio, y ha establecido la tendencia de voto potencial para ciento cincuenta y seis millones de ciudadanos estadounidenses y lo está vendiendo a los distintos candidatos. Igualdad de oportunidades. Cualquiera que pague se lo lleva. No es el espionaje de un partido contra otro: es comerciar con la intimidad política de cada uno de ellos. La Unión Europea tiene una política mucho más estricta de protección de la privacidad, pero, sin entrar demasiado en los detalles, la capacidad tecnológica de la legislación europea es muy débil. Hay muchas formas de escaparse de esa legislación. Pero, por ejemplo, a Yahoo o America On Line, fuera de sus redes europeas, no los controla la legislación europea y, aunque usted sea europeo, está conectado a una red global. Y si cualquier empresa, cualquier portal de este tipo, dispone de la información, puede vendérsela a cualquier empresa europea. El hecho de estar en una red global quiere decir que no hay privacidad. Éste es uno de los aspectos más importantes. Les recomiendo la lectura de un libro de Lessig sobre este tema que se llama Code. Lessig, en ese libro, ha planteado una cuestión fundamental en que la privacidad aparece como esencial, y es el debate sobre la capacidad de encriptado.
El encriptado permitiría que cada persona pudiera determinar su código. El encriptado es simplemente un código que se autoconstruye y para el que no existe una capacidad tecnológica de desencriptado con métodos normales; sólo podrían hacerlo los servicios secretos, trabajando con ordenadores durante mucho tiempo. Lo que ocurre es que el encriptado está prohibido por los gobiernos, también en Estados Unidos, con el argumento de que los traficantes de drogas y otras gentes de mal vivir lo podrían utilizar para hacer sus negocios por Internet. Pero, de todas formas, ya hacen sus negocios por Internet y se comunican de otras mil formas. Pero este encriptado sería realmente un sistema que permitiría a las personas guardar su información y que ésta no pudiera ser interferida. La batalla del encriptado es, en estos momentos, la batalla de la privacidad.

Internet y los Medios de Comunicación
Un último tema antes de concluir, la relación entre Internet y la transformación de la comunicación a través de los medios de comunicación. Internet está transformado radicalmente los medios de comunicación, pero no por la convergencia de Internet y la televisión en un mismo medio tecnológico, la famosa caja que tendrá usted encima de su televisor y que llega a todos, lo que se llama la Web TV. Lo que realmente existe es un mueble que dispone al mismo tiempo de Internet y de televisión, pero son dos sistemas. Aunque se puede transmitir televisión por Internet tecnológicamente, no es muy interesante, no es muy efectivo y, sobre todo, si se pretendiera transmitir de verdad la televisión que tenemos, la masa de televisión por Internet, no habría capacidad de banda previsible en los próximos veinte años para hacerlo en ningún país, ni siquiera en Estados Unidos. Es decir, la capacidad de banda de transmisión para transmitir el enorme volumen que representaría toda la televisión que se transmite hoy día simplemente es impensable, carísimo e ineficaz. ¿Quién tiene la manía de recibir exactamente a través del mismo canal televisión e Internet? No tiene ningún sentido.
En cambio, lo que Internet sí está haciendo es convertirse en el corazón de articulación de los distintos medios, de los multimedia. Es decir, de ser el sistema operativo que permite interactuar y canalizar la información de qué pasa, dónde pasa, qué podemos ver, qué no podemos ver y ser, por tanto, el sistema conector interactivo del conjunto del sistema multimedia. Esto es lo que Internet está configurando. Está también cambiando los medios de comunicación y, en particular, contra lo que la gente cree, los medios de comunicación escritos. ¿En qué sentido? Bueno, el modelo futuro ya está aquí, como casi todos los llamados modelos futuros. Es el modelo de utilización de Internet en los medios de comunicación que se emplea en el grupo Chicago Tribune, que acaba de comprar Los Angeles Times. La sala de redacción del Chicago Tribune, que está siendo estudiada por uno de mis estudiantes, consiste en una sala totalmente integrada en Internet en la que los periodistas procesan información en tiempo real y de ahí sale hacia el Chicago Tribune, Los Angeles Times, otros periódicos en Estados Unidos, una serie de cadenas de radio y varias estaciones de televisión. ¿Qué tiene de original esto? Esa información llega en tiempo real y se continúa procesando en tiempo real; es decir, es un medio de comunicación masivo, continuo e interactivo al que pueden acceder distintos usuarios planteando preguntas, criticando, debatiendo.
Toda esa información llega a los periodistas, que van siendo reemplazados por otros periodistas en la misma sala de prensa, que continúan procesando de forma ininterrumpida esa información. Eso ya existe y es el modelo que rápidamente está siendo adoptado por los grandes grupos multimedia y de prensa. Junto a eso, Internet está revolucionando la comunicación por su capacidad de cortocircuitar los grandes medios de comunicación. El hecho de que sea una comunicación horizontal, de ciudadano a ciudadano, quiere decir que yo puedo crear mi propio sistema de comunicación en Internet, puedo decir lo que quiera, puedo comunicarlo. Por primera vez hay una capacidad de comunicación masiva no mediatizada por los medios de comunicación de masas. Ahí se plantea el problema de credibilidad. ¿Cómo entonces se puede creer uno lo que aparece en Internet? El año pasado, en el congreso de editores de periódicos norteamericanos estaban aterrorizados porque había una serie de empresarios de Silicon Valley que decían que se acaban los periódicos: el New York Times desaparece, todo será on line. Mi posición en ese momento era: habrá periódico on line, el mismo periódico o algo distinto on line, por televisión, por radio, y en papel, en distintos formatos para distintos momentos de utilización y distintos contextos de utilización. Pero el problema esencial, cuando todo está en Internet, es de credibilidad, y es ahí donde los medios de comunicación siguen teniendo un papel esencial, ya que la gente tiende a dar mayor credibilidad a La Vanguardia, al New York Times, a El País o a El Periódico de Cataluña que a lo que Manuel Castells pueda poner en la red en un momento determinado. En ese sentido, el brand name, la etiqueta de veracidad, sigue siendo importante, a condición de que esa etiqueta se respete, con lo cual la credibilidad de un medio de comunicación se convierte en su única forma de supervivencia en un mundo de interacción y de información generalizada.

La sociedad red
En conclusión, Internet es la sociedad, expresa los procesos sociales, los intereses sociales, los valores sociales, las instituciones sociales. ¿Cuál es, pues, la especificidad de Internet, si es la sociedad? La especificidad es que es constituye la base material y tecnológica de la sociedad red, es la infraestructura tecnológica y el medio organizativo que permite el desarrollo de una serie de nuevas formas de relación social que no tienen su origen Internet, que son fruto de una serie de cambios históricos pero que no podrían desarrollarse sin Internet. Esa sociedad red es la sociedad que yo analizo como una sociedad cuya estructura social está construida en torno a redes de información a partir de la tecnología de información microelectrónica estructurada en Internet. Pero Internet en ese sentido no es simplemente una tecnología; es el medio de comunicación que constituye la forma organizativa de nuestras sociedades, es el equivalente a lo que fue la factoría en la era industrial o la gran corporación en la era industrial. Internet es el corazón de un nuevo paradigma sociotécnico que constituye en realidad la base material de nuestras vidas y de nuestras formas de relación, de trabajo y de comunicación. Lo que hace Internet es procesar la virtualidad y transformarla en nuestra realidad, constituyendo la sociedad red, que es la sociedad en que vivimos.


Manuel Castells. 
Profesor de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
Lección inaugural del programa de doctorado sobre la sociedad de la información y el conocimiento (UOC).