Internet
es el tejido de nuestras vidas en este momento. No es futuro. Es presente.
Internet es un medio para todo, que interactúa con el conjunto de la sociedad
y, de hecho, a pesar de ser tan reciente, en su forma societal (aunque como
sabemos, Internet se construye, más o menos, en los últimos treinta y un años,
a partir de 1969; aunque realmente, tal y como la gente lo entiende ahora, se
constituye en 1994, a partir de la existencia de un browser, del world wide
web) no hace falta explicarlo, porque ya sabemos qué es Internet. Simplemente
les recuerdo, para la coherencia de la exposición, que se trata de una red de
redes de ordenadores capaces de comunicarse entre ellos. No es otra cosa. Sin embargo,
esa tecnología es mucho más que una tecnología. Es un medio de comunicación, de
interacción y de organización social. Hace poco tiempo, cuando todavía Internet
era una novedad, la gente consideraba que, aunque interesante, en el fondo era
minoritario, algo para una elite de internautas, de digerati, como se dice
internacionalmente. Esto ha cambiado radicalmente en estos momentos. Para
recordarles brevemente la progresión, les diré que la primera encuesta seria
sobre usuarios de Internet que yo conozco, de finales del noventa y cinco
señalaba que había unos nueve millones de usuarios de Internet. En este momento
estamos en torno a los trescientos cincuenta millones de usuarios en el mundo.
Las previsiones conservadoras prevén que, para mediados del año 2001,
llegaremos a setecientos millones, y en torno a 2005-2007, a dos mil millones
como mínimo. Es verdad que constituye sólo una tercera parte de la población
del planeta, pero esto quiere decir, ponderando en términos de las sociedades
más desarrolladas, que en las sociedades de nuestro contexto las tasas de
penetración estarán en torno al 75% u 80%.
De
hecho, en todo el planeta los núcleos consolidados de dirección económica,
política y cultural estarán también integrados en Internet. Eso no resuelve ni
mucho menos los problemas de desigualdad, y a ellos me referiré más adelante.
Pero en lo esencial, esto significa que Internet es ya y será aún más el medio
de comunicación y de relación esencial sobre el que se basa una nueva forma de
sociedad que ya vivimos, que es lo que yo llamo la sociedad red. Pese a ser tan
importante, Internet es tan reciente que no sabemos mucho sobre ella. Y en esa
situación, cuando hay un fenómeno de gran relevancia social, cultural,
política, económica, pero con un escaso nivel de conocimiento, se generan toda
clase de mitologías, de actitudes exageradas. Yo creo que muchos intelectuales
europeos y españoles ya han entendido, analizado, criticado, rechazado
Internet, señalando, por anticipado, todas las posibles alienaciones que va a
generar. Yo me acuerdo que en los años 95-97 participé en la comisión de
expertos sobre la sociedad de la información que nombró la Comisión Europea, y
allí, en una comisión de quince expertos, en la que yo obviamente estaba en
absoluta minoría, se trataba de ver cómo se podían paliar los efectos
devastadores que podría producir Internet en la sociedad, en la política y en
la cultura. Predominaba una reacción defensiva.. Frente a un fenómeno de
extraordinaria importancia, del que, por otro lado, se tiene un escaso
conocimiento, ha aparecido una extraordinaria mitología en torno a Internet.
Por ello, quiero centrar mi conferencia en algo que quisiera que fuera
práctico. Voy a intentar, aunque haya algunos aspectos teóricos, resumir qué
sabemos de Internet en términos comparativos, qué sabemos sobre lo que es
Internet hoy, a partir de información empírica. Trataré de resumirlo en diez
puntos.
(...)
La
sociabilidad en Internet
Permítanme
cambiar de tercio rápidamente para entrar en quinto punto de mi conferencia,
que es el tema más cargado ideológicamente del análisis de Internet, el tema de
la sociabilidad en Internet, de la interacción social o individual en Internet
o el tema de las comunidades virtuales de Internet. Como saben, este tema está
dominado por las fantasías de los futurólogos y de los periodistas no bien
informados, aunque hay periodistas muy bien informados. Aquí se ha hablado de
que Internet aliena, aísla, lleva a la depresión, al suicido, a toda clase de
cosas horribles, o bien, por el contrario, que Internet es un mundo
extraordinario, de libertad, de desarrollo, en el que todo el mundo se quiere,
en el que todo el mundo está en comunidad. ¿Qué sabemos empíricamente de esto?
Sabemos bastantes cosas. Sabemos, por ejemplo, por un estudio que acaba de
hacer British Telecom, un gran estudio de observación realizado a lo largo de
un año en una serie de hogares en los que se utilizaba Internet, que no cambia
nada. Es decir, que la gente que hacía lo que hacía, lo sigue haciendo con
Internet y a los que les iba bien, les va mucho mejor, y a los que les iba mal,
les va igual de mal; el que tenía amigos, los tiene también en Internet y,
quien no los tenía, tampoco los tiene con Internet. Es un estudio
intelectualmente muy conservador, pero lo cito y les doy la referencia porque
es un estudio muy espectacular. Se llama Aquí no pasa nada. Pero sí que pasa.
Internet es un instrumento que desarrolla pero no cambia los comportamientos,
sino que los comportamientos se apropian de Internet y, por tanto, se amplifican
y se potencian a partir de lo que son.
Esto
no significa que Internet no sea importante, quiere decir que no es Internet lo
que cambia el comportamiento, sino que es el comportamiento el que cambia
Internet. Estudios más de tipo panel, como los que realiza el principal
investigador de sociología empírica de las comunidades de Internet, Barry
Wellman, de la Universidad de Toronto muestran la realidad de la vida social en
Internet. He aquí lo que señalan sus resultados: en primer lugar, las comunidades
virtuales en Internet también son comunidades, es decir, generan sociabilidad,
generan relaciones y redes de relaciones humanas, pero no son las mismas
comunidades que las comunidades físicas. Esto puede parecer una verdad de
perogrullo, pero había que investigarlo y mostrarlo. Las comunidades físicas
tienen unas determinadas relaciones y las comunidades virtuales tienen otro
tipo de lógica y otro tipo de relaciones. ¿Qué tipo de relaciones? ¿Cuál es la
lógica específica de la sociabilidad on line? Lo más interesante es la idea de
que son comunidades personales, comunidades de personas basadas en los
intereses individuales y en las afinidades y valores de las personas. Es decir,
en la medida en que se desarrollan en nuestras sociedades proyectos individuales,
proyectos de dar sentido a la vida a partir de lo que yo soy y quiero ser,
Internet permite esa conexión saltando por encima de los límites físicos de lo
cotidiano, tanto en el lugar de residencia como en el lugar de trabajo y
genera, por tanto, redes de afinidades. Por ejemplo, las investigaciones en
Canadá y en Estados Unidos mostraron que, aparte de Internet, los individuos
tenían normalmente, como término medio, no más de seis lazos íntimos de
relación fuera de la familia y, al mismo tiempo, cientos de lazos débiles.
Parece que es una cosa que en los últimos diez años se ha mantenido como
establecida. Entonces, lo que ocurre es que Internet es apta para desarrollar
lazos débiles, para crear lazos débiles, pero no es apta para crear lazos
fuertes, como media, y es excelente para continuar y reforzar los lazos fuertes
que existen a partir de relación física. En fin, en esto, que parece también
bastante lógico, lo que me importa es que viene avalado empíricamente por la
síntesis de los estudios que se han desarrollado. En este sentido, la tendencia
que se está desarrollando es hacia la disminución de la sociabilidad de base
comunitaria física tradicional. Hay una tendencia hacia la disminución de la
sociabilidad basada en el barrio. Hay un declive de la vida social dentro del
trabajo, en general, en el mundo. Lo que está ocurriendo es que la sociabilidad
se está transformando mediante lo que algunos llaman la privatización de la
sociabilidad, que es la sociabilidad entre personas que construyen lazos electivos,
que no son los que trabajan o viven en un mismo lugar, que coinciden
físicamente, sino personas que se buscan: yo quiero encontrar a alguien a quien
le guste salir en bicicleta conmigo, pero hay que buscarlo primero. Por
ejemplo, ¿cómo crear un club ciclista? o ¿cómo crear un club de gente que se
interese por la espeleología? Esta formación de redes personales es lo que
Internet permite desarrollar mucho más fuertemente.
Cuando
Wellman intentó medir qué influencia tenía Internet sobre las otras sociabilidades,
encontró algo que contradice los mitos sobre Internet. Es lo que el llama
"cuanto más, más", es decir, cuánto más red social física se tiene,
más se utiliza Internet; cuanto más se utiliza Internet, más se refuerza la red
física que se tiene. Es decir, hay personas y grupos de fuerte sociabilidad en
los que es correlativa la sociabilidad real y la virtual. Y hay personas de
débil sociabilidad, en las que también es correlativa la débil sociabilidad
real y virtual. Lo que ocurre es que, en casos de débil sociabilidad real, hay
algunos efectos compensatorios a través de Internet; es decir, se utiliza
Internet para salir del aislamiento relativamente. Lo que algunos estudios
hacen es medir esta correlación y constatan que se trata de personas que
utilizan mucho Internet, que están aisladas socialmente, por tanto Internet
aísla. El proceso de causalidad es distinto, Internet se utiliza como medio
para aquellas personas aisladas, pero fundamentalmente hay un efecto
acumulativo entre sociabilidad real y sociabilidad física, porque la virtual
también es real, y sociabilidad virtual. La otra serie de estudios, como los
realizados por Marcia Lipman, en Berkeley, que ha estudiado cientos de
comunidades virtuales, señalan otro dato fundamental, y es que las comunidades
virtuales son tanto más exitosas, cuanto más están ligadas a tareas, a hacer
cosas o a perseguir intereses comunes juntos. La idea de que Internet es un
lugar donde la gente habla de cualquier tontería, se cuentan chismes etc., es
absolutamente superficial. Esto es extremadamente minoritario, no mucha gente
tiene tiempo de hacerlo. Lo que ocurre es que estas historias de las
identidades falsas, de que la gente se disfraza de cualquier cosa, de que se
cuentan lo que no son, hacen las delicias de los sociólogos posmodernos. Es
verdad que esto existe, pero se da sobre todo en los adolescentes ¿Y qué hacen
los adolescentes, en general? Inventarse identidades, experimentar identidades,
pasarse ratos de cháchara sobre cualquier cosa, siempre que pueden, crear una
contracultura propia de experimentación identitaria. Y esto también lo hacen en
Internet. Pero, estudiando a través del conjunto de la sociedad, fuera de los
mecanismos de adolescentes, lo que se observa es, más bien, que el Internet
instrumental, es decir, la utilización de Internet para desarrollar tareas
políticas o personales, o de intereses concretos, es lo que realmente genera
los niveles de interacción más fuertes. Por tanto, más que ver la emergencia de
una nueva sociedad, totalmente on line, lo que vemos es la apropiación de
Internet por redes sociales, por formas de organización del trabajo, por
tareas, al mismo tiempo que muchos lazos débiles, que serían demasiado
complicados de mantener off line, se pueden establecer on line. Por ejemplo,
uno de los elementos más interesantes en esto es el desarrollo de
organizaciones de interayuda entre las personas mayores: el Seniornet en
Estados Unidos es una de las redes más populares de información, de ayuda, de
solidaridad, de reforzamiento de una vivencia compartida, etc. O las redes de
información religiosa y de compartir valores religiosos. O las redes de
movilización social.
Los
movimientos sociales en Internet
Y
aquí paso al sexto punto de lo que sabemos de Internet: su relación con los
movimientos sociales. Lo que sabemos es algo ya bastante analizado en los
medios de comunicación: la mayor parte de movimientos sociales y políticos del
mundo de todas las tendencias utilizan Internet como una forma privilegiada de
acción y de organización. Esto simplemente quiere decir que Internet es un
instrumento. Pero, ¿qué es lo específico?, ¿qué le confiere especificidad a la
movilización social a partir del hecho de que se haga por Internet? Bien, hay
tres rasgos que son fundamentales en la interacción entre Internet y los
movimientos sociales. El primero es que asistimos en la sociedad, fuera de
Internet, a una crisis de las organizaciones tradicionales estructuradas,
consolidadas, tipo partidos, tipo asociaciones de orientación directamente política,
y además se produce la emergencia de actores sociales, fundamentalmente a
partir de coaliciones específicas sobre objetivos concretos: vamos a salvar a
las ballenas, vamos a defender tal barrio, vamos a proponer nuevos derechos
humanos en el mundo, vamos a defender los derechos de la mujer, pero no con una
asociación, sino con campañas concretas. Es decir, en general, en la sociedad
hay un salto de los movimientos sociales organizados a los movimientos sociales
en red en la base de coaliciones que se constituyen en torno a valores y
proyectos. Internet es la estructura organizativa y el instrumento de
comunicación que permite la flexibilidad y la temporalidad de la movilización,
pero manteniendo al mismo tiempo un carácter de coordinación y una capacidad de
enfoque de esa movilización.
Segundo
rasgo: los movimientos sociales en nuestra sociedad se desarrollan, cada vez
más, en torno a códigos culturales, a valores. Hay movimientos reivindicativos
tradicionales, pero los movimientos más importantes -medio ambiente,
ecologismo, mujeres, derechos humanos- son movimientos de valores; por lo
tanto, son movimientos que dependen sobre todo de la capacidad de comunicación
y de la capacidad de llevar a cabo un reclutamiento de apoyos y de estímulos
mediante esa llamada a los valores, a los principios y a las ideas. Son
movimientos de ideas y de valores. Pues bien, Internet es fundamental porque se
puede lanzar el mensaje como éste: "aquí estoy, éste es mi manifiesto,
¿quién está de acuerdo conmigo?, y ¿qué podemos hacer?" La transmisión
instantánea de ideas en un marco muy amplio permite la coalición y la
agregación en torno a valores. En este sentido, una de las ideas más falsas
sobre Internet es la idea del famoso cómic publicado en el New Yorker de hace
muchos años de dos perros en un ordenador en el que uno le dice al otro:
"Ves, en Internet nadie sabe que eres un perro". Pues miren, sí. En
Internet se sabe qué es un perro, porque si usted quiere organizar a los perros
en Internet y se presenta como gato, va a organizar a los gatos. Con lo cual,
la bandera de organización, de comunicación, de afirmación de un cierto valor
tiene que ser firmada en términos de lo que se quiere ser, porque los
movimientos sociales que se constituyen, se constituyen en torno a lo que dicen
que son, no se constituyen de forma manipulada, atrayendo a alguien para lo que
no es. Eso puede ser una manipulación, pero, en general, las manipulaciones no
suelen prosperar.
El
tercer rasgo específico de los movimientos sociales es que, cada vez más, el
poder funciona en redes globales y la gente tiene su vivencia y se construye
sus valores, sus trincheras de resistencia y de alternativa en sociedades
locales. El gran problema que se plantea es cómo, desde lo local, se puede
controlar lo global, cómo desde mi vivencia y mi relación con mi mundo local,
que es donde yo estoy, donde yo vivo, puedo oponerme a la globalización, a la
destrucción del medio ambiente, a la masacre del Tercer Mundo en términos
económicos. ¿Cómo se puede hacer esto? Pues bien, Internet permite la
articulación de los proyectos alternativos locales mediante protestas globales,
que acaban aterrizando en algún lugar, por ejemplo, en Seattle, Washington,
Praga, etc., pero que se constituyen, se organizan y se desarrollan a partir de
la conexión Internet, es decir, conexión global, de movimientos locales y de
vivencias locales. Internet es la conexión global-local, que es la nueva forma
de control y de movilización social en nuestra sociedad.
La
relación directa de Internet con la actividad política
El
séptimo punto de mi conferencia: Internet también tiene una relación directa
con la actividad política organizada, tanto en lo que se refiere a partidos,
como a gobiernos de distintos tipos. Aquí hay toda clase de proyectos, de
ideas. En principio, Internet podría ser un instrumento de participación
ciudadana extraordinario, podría ser un instrumento de información de la clase
política, de los gobiernos y de los partidos a los ciudadanos en su conjunto y
de relación interactiva. Podría ser un ágora política y sobre esto escriben
todos los futuristas. Ahora bien, en la práctica, hay algunas experiencias
interesantes de democracia local, curiosamente local, como la Digital City, la
ciudad digital de Amsterdam (hoy en seria crisis), las redes ciudadanas de
Seattle, el programa Iperbole en Bolonia (también en declive en este momento);
pero en general, lo que se observa es que los gobiernos, las administraciones,
los partidos políticos han confundido Internet con un tablón de anuncios. En
general, se limitan a exponer la información: aquí tienen nuestra información
para que se entere de lo que hacemos y así me ahorra trabajo o, si lo desea,
dígame su opinión. Lo que sucede es que no se sabe qué pasa con esa opinión. En
general, hay escasísimos ejemplos de práctica interactiva cotidiana del sistema
político con los ciudadanos. Por tanto, una de las fronteras de investigación
que yo quisiera desarrollar sobre Internet es de qué manera Internet puede
permitir la desburocratización de la política y superar la crisis de
legitimidad de los gobiernos que se produce en todo el mundo, a partir de/ una
mayor participación ciudadana permanente, interactiva, y a una información
constante de doble vía. En realidad, lo que se observa es que esto no se
produce.
Hay
un libro interesante que acaba de publicarse sobre las relaciones de Internet y
algunos sistemas parlamentarios que muestra, a partir de estudios empíricos,
que en realidad todos los parlamentos tienen web site, todos los partidos
tienen Internet en todos los países desarrollados, pero son vías, insisto,
unidireccionales de información, para captar la opinión, para convertir
simplemente a los ciudadanos en votantes potenciales y para que los partidos
obtengan la información para saber cómo ajustar su publicidad. Yo diría que, en
este sentido, el problema no es de Internet. El problema es del sistema
político y, una vez más, tenemos un leitmotiv de la conferencia que les estoy
intentando transmitir, que es la idea de que la sociedad modela a Internet, y no
al contrario. Allí donde hay una movilización social, Internet se convierte en
un instrumento dinámico de cambio social; allí donde hay burocratización
política y política estrictamente mediática de representación ciudadana,
Internet es simplemente un tablón de anuncios. Hay que cambiar la política para
cambiar Internet y, entonces, el uso político de Internet puede revertir en un
cambio de la política en sí misma.
La
privacidad en Internet
Muchos
debates sobre Internet en estos momentos plantean la idea del efecto de
Internet sobre la privacidad y sobre la capacidad de control de nuestra vida
íntima a través de Internet. Aquí hay dos elementos: la relación
gobiernos-ciudadanos y la relación privacidad-Internet. En la relación
gobiernos-ciudadanos, hay algo que pone muy nerviosos a los gobiernos y es que,
realmente, no pueden controlar Internet. Hay muchas razones, pero una mucho más
decisiva que las demás. Podemos argumentar si técnicamente se puede o no se
puede. Parece que no es tan fácil como algunos pensaban y, para demostrarlo,
siempre se cita el caso de Singapur. Acabo de recibir una ponencia de los
sociólogos de Singapur que estudian Internet que muestra, empíricamente, la
incapacidad del Gobierno de Singapur para controlar Internet en este momento,
debido a que, por razones económicas y financieras, se han tenido que abrir al
exterior. Naturalmente, China, Singapur y otros muchos países quisieran
utilizar Internet para los negocios y no suprimir para la libre expresión
ciudadana. En Singapur parece que ya no les funciona ese control. En China les
funciona porque, aunque no controlan la difusión de información en Internet,
luego pueden buscar a la persona que ha recibido o difundido la información y
llevarla a la cárcel, lo que es otra forma de control. Pero, Internet como tal,
parece difícil de controlar. En cambio, la razón fundamental no es solamente
técnica, sino que es una razón institucional: en Estados Unidos no se puede
hacer, porque hay varias decisiones de los tribunales federales y en particular,
la que eliminó el Acta de Decencia en la comunicación que Clinton presentó en
1995 para censurar Internet argumentando la pornografía infantil.
El
Tribunal Supremo de Estados Unidos, de hecho la Corte Federal, que luego fue
refrendada por el Tribunal Supremo, declaró que es cierto que en Internet hay
toda clase de problemas, es cierto que en Internet la libre expresión conduce a
excesos, es cierto que Internet es el caos de la expresión. Pero, añade
textualmente: "los ciudadanos tienen un derecho constitucional al
caos". Yo creo que la idea de un derecho constitucional al caos es
profundamente innovadora y hace que, a partir de ese momento, en la medida en
que Internet es una red global, al no haber control en Estados Unidos, se busca
cualquier circuito para sortear el obstáculo y poder expresarse. Recuerden que
Internet está diseñada técnicamente para interpretar cualquier censura como un
obstáculo técnico y reconfigurar la vía de transmisión. Además del hecho de que
los gobiernos no controlen Internet -la única forma de hacerlo sería
desenchufarlo, como hace Irán, Afganistán, aunque ya veremos qué pasa con el
Internet móvil-, de lo que la gente se está dando cuenta es de que hay un
problema mucho más profundo que el control de los gobiernos sobre la libertad
de expresión, y es la desaparición de la privacidad a través de un mundo en el
que vivimos conectados a la red. Scott McNealy, que es un gran empresario de
Silicon Valley, el presidente de Sun Microsystems el año pasado, para que no le
molestaran más con este tema, hizo una declaración espectacular con la que yo y
la mayoría de gente coincidimos: "¿Privacidad en Internet? Olvídese de
eso. Usted ya ha perdido su privacidad para siempre". ¿Qué significa eso?
Significa que cualquier cosa que hagamos en la red se puede detectar
electrónicamente. El problema es quién está interesado, cómo, cuándo, de qué
manera, cómo se hace, etc. Pero existe la posibilidad de hacerlo. El FBI lo
puede hacer en estos momentos, ya que ha desarrollado un nuevo programa, Carnivore,
evidentemente con autorización judicial, pero ya se sabe. Esto lo puede hacer
cualquier tipo de empresa que disponga del famoso cookie en su programa; es
decir, en este momento, si una persona no quiere dar su dirección y sus
características a empresas que comercializan con este tema, tiene que hacer una
verdadera investigación, hacer toda clase de clics, salir de toda clase de
servicios, y prácticamente aislarse.
En
Estados Unidos ya existen empresas que empiezan a comercializar la política.
Hay una empresa que se llama Aristotle que ha desarrollado este sistema,
Aristotle, para la campaña presidencial actual a partir de informaciones
obtenidas en numerosos bancos de datos comerciales, ha elaborado perfiles de
personalidad y los ha cruzado con patrones de voto geográficos a niveles muy
pequeños, de barrio, y ha establecido la tendencia de voto potencial para
ciento cincuenta y seis millones de ciudadanos estadounidenses y lo está
vendiendo a los distintos candidatos. Igualdad de oportunidades. Cualquiera que
pague se lo lleva. No es el espionaje de un partido contra otro: es comerciar
con la intimidad política de cada uno de ellos. La Unión Europea tiene una
política mucho más estricta de protección de la privacidad, pero, sin entrar
demasiado en los detalles, la capacidad tecnológica de la legislación europea
es muy débil. Hay muchas formas de escaparse de esa legislación. Pero, por
ejemplo, a Yahoo o America On Line, fuera de sus redes europeas, no los
controla la legislación europea y, aunque usted sea europeo, está conectado a
una red global. Y si cualquier empresa, cualquier portal de este tipo, dispone
de la información, puede vendérsela a cualquier empresa europea. El hecho de
estar en una red global quiere decir que no hay privacidad. Éste es uno de los
aspectos más importantes. Les recomiendo la lectura de un libro de Lessig sobre
este tema que se llama Code. Lessig, en ese libro, ha planteado una cuestión
fundamental en que la privacidad aparece como esencial, y es el debate sobre la
capacidad de encriptado.
El
encriptado permitiría que cada persona pudiera determinar su código. El
encriptado es simplemente un código que se autoconstruye y para el que no
existe una capacidad tecnológica de desencriptado con métodos normales; sólo
podrían hacerlo los servicios secretos, trabajando con ordenadores durante
mucho tiempo. Lo que ocurre es que el encriptado está prohibido por los
gobiernos, también en Estados Unidos, con el argumento de que los traficantes
de drogas y otras gentes de mal vivir lo podrían utilizar para hacer sus
negocios por Internet. Pero, de todas formas, ya hacen sus negocios por
Internet y se comunican de otras mil formas. Pero este encriptado sería
realmente un sistema que permitiría a las personas guardar su información y que
ésta no pudiera ser interferida. La batalla del encriptado es, en estos
momentos, la batalla de la privacidad.
Internet
y los Medios de Comunicación
Un
último tema antes de concluir, la relación entre Internet y la transformación
de la comunicación a través de los medios de comunicación. Internet está
transformado radicalmente los medios de comunicación, pero no por la
convergencia de Internet y la televisión en un mismo medio tecnológico, la
famosa caja que tendrá usted encima de su televisor y que llega a todos, lo que
se llama la Web TV. Lo que realmente existe es un mueble que dispone al mismo
tiempo de Internet y de televisión, pero son dos sistemas. Aunque se puede
transmitir televisión por Internet tecnológicamente, no es muy interesante, no
es muy efectivo y, sobre todo, si se pretendiera transmitir de verdad la
televisión que tenemos, la masa de televisión por Internet, no habría capacidad
de banda previsible en los próximos veinte años para hacerlo en ningún país, ni
siquiera en Estados Unidos. Es decir, la capacidad de banda de transmisión para
transmitir el enorme volumen que representaría toda la televisión que se
transmite hoy día simplemente es impensable, carísimo e ineficaz. ¿Quién tiene
la manía de recibir exactamente a través del mismo canal televisión e Internet?
No tiene ningún sentido.
En
cambio, lo que Internet sí está haciendo es convertirse en el corazón de
articulación de los distintos medios, de los multimedia. Es decir, de ser el
sistema operativo que permite interactuar y canalizar la información de qué
pasa, dónde pasa, qué podemos ver, qué no podemos ver y ser, por tanto, el
sistema conector interactivo del conjunto del sistema multimedia. Esto es lo
que Internet está configurando. Está también cambiando los medios de
comunicación y, en particular, contra lo que la gente cree, los medios de
comunicación escritos. ¿En qué sentido? Bueno, el modelo futuro ya está aquí,
como casi todos los llamados modelos futuros. Es el modelo de utilización de
Internet en los medios de comunicación que se emplea en el grupo Chicago
Tribune, que acaba de comprar Los Angeles Times. La sala de redacción del
Chicago Tribune, que está siendo estudiada por uno de mis estudiantes, consiste
en una sala totalmente integrada en Internet en la que los periodistas procesan
información en tiempo real y de ahí sale hacia el Chicago Tribune, Los Angeles
Times, otros periódicos en Estados Unidos, una serie de cadenas de radio y
varias estaciones de televisión. ¿Qué tiene de original esto? Esa información
llega en tiempo real y se continúa procesando en tiempo real; es decir, es un
medio de comunicación masivo, continuo e interactivo al que pueden acceder
distintos usuarios planteando preguntas, criticando, debatiendo.
Toda
esa información llega a los periodistas, que van siendo reemplazados por otros
periodistas en la misma sala de prensa, que continúan procesando de forma
ininterrumpida esa información. Eso ya existe y es el modelo que rápidamente
está siendo adoptado por los grandes grupos multimedia y de prensa. Junto a
eso, Internet está revolucionando la comunicación por su capacidad de
cortocircuitar los grandes medios de comunicación. El hecho de que sea una
comunicación horizontal, de ciudadano a ciudadano, quiere decir que yo puedo
crear mi propio sistema de comunicación en Internet, puedo decir lo que quiera,
puedo comunicarlo. Por primera vez hay una capacidad de comunicación masiva no
mediatizada por los medios de comunicación de masas. Ahí se plantea el problema
de credibilidad. ¿Cómo entonces se puede creer uno lo que aparece en Internet?
El año pasado, en el congreso de editores de periódicos norteamericanos estaban
aterrorizados porque había una serie de empresarios de Silicon Valley que
decían que se acaban los periódicos: el New York Times desaparece, todo será on
line. Mi posición en ese momento era: habrá periódico on line, el mismo
periódico o algo distinto on line, por televisión, por radio, y en papel, en
distintos formatos para distintos momentos de utilización y distintos contextos
de utilización. Pero el problema esencial, cuando todo está en Internet, es de
credibilidad, y es ahí donde los medios de comunicación siguen teniendo un
papel esencial, ya que la gente tiende a dar mayor credibilidad a La
Vanguardia, al New York Times, a El País o a El Periódico de Cataluña que a lo
que Manuel Castells pueda poner en la red en un momento determinado. En ese
sentido, el brand name, la etiqueta de veracidad, sigue siendo importante, a
condición de que esa etiqueta se respete, con lo cual la credibilidad de un
medio de comunicación se convierte en su única forma de supervivencia en un
mundo de interacción y de información generalizada.
La
sociedad red
En
conclusión, Internet es la sociedad, expresa los procesos sociales, los
intereses sociales, los valores sociales, las instituciones sociales. ¿Cuál es,
pues, la especificidad de Internet, si es la sociedad? La especificidad es que
es constituye la base material y tecnológica de la sociedad red, es la
infraestructura tecnológica y el medio organizativo que permite el desarrollo
de una serie de nuevas formas de relación social que no tienen su origen
Internet, que son fruto de una serie de cambios históricos pero que no podrían
desarrollarse sin Internet. Esa sociedad red es la sociedad que yo analizo como
una sociedad cuya estructura social está construida en torno a redes de
información a partir de la tecnología de información microelectrónica
estructurada en Internet. Pero Internet en ese sentido no es simplemente una
tecnología; es el medio de comunicación que constituye la forma organizativa de
nuestras sociedades, es el equivalente a lo que fue la factoría en la era
industrial o la gran corporación en la era industrial. Internet es el corazón
de un nuevo paradigma sociotécnico que constituye en realidad la base material
de nuestras vidas y de nuestras formas de relación, de trabajo y de
comunicación. Lo que hace Internet es procesar la virtualidad y transformarla
en nuestra realidad, constituyendo la sociedad red, que es la sociedad en que
vivimos.
Manuel
Castells.
Profesor de la Universitat Oberta de Catalunya
(UOC).
Lección inaugural del programa de doctorado sobre
la sociedad de la información y el conocimiento (UOC).